miércoles, 30 de enero de 2019

Fragilidad

Hace pocos días reduje diez perlas de las ciento cinquenta aproximadamente que hay una cápsula de treintaisiete punto cinco. A los pocos días de hacer esta pequeña bajada empecé a sentir las molestias, que no son sugestión mía en absoluto ya que cada vez que hago un corte no tengo expectativas y no pienso en qué pasará esta vez. Los efectos se resumen en una incomodidad constante a base de confusión, falta de energía, desgana, falta de ilusión y motivación, apetito reducido, nerviosismo, tensión en todo el cuerpo, inseguridad...Este es el precio a pagar por reducir una pequeña parte de mi dosis y lo acepto, transcurro la etapa llegando al equilibrio y vuelta a empezar.

Llevo unos días cansado por todo esto y pienso estar unas semanas sin tocar la venlafaxina, me doy cuenta que yendo despacio se hace más fácil, aún así no hay forma de librarse de los efectos que manifiesta el cuerpo cuando se le quitan unos pocos miligramos. Necesito desconectar de esto y fluir, es tan complicado fluir últimamente, siento mi mente y cuerpo cansados y fatigados, es parecido a nadar en un lodo espeso sin divisar la orilla, sabiendo que existe y llegaré aunque lentamente y luchando contra las fuerzas que dificultan el movimiento.

Escribiré otra entrada cuando la realidad que estoy experimentado se haya modificado por otra más agradable.

Pienso que sería todo más fácil si no fuera tan conciente de mi mundo mental , no hay remedio pues soy victima de la introspección.

miércoles, 16 de enero de 2019

Arenas movedizas en la psique

Es difícil discernir entre tu estado mental puro y los efectos del retiro de este antidepresivo, comprobar claramente que la capacidad de pensar con claridad y fluidez, memorizar, crear planes para el futuro están atascados y funcionan a velocidad reducida es angustiante, es aterrador no saber cuanto tiempo va a durar, si va a terminar algún día o el uso diario durante tres años me ha causado profundos daños.

No hay día en que no dedique horas y horas en darle vueltas a esto, y resulta inútil y poco productivo a estas alturas porque me he leído medio internet sobre el uso, retiro, efectos de los psicofármacos..., no requiero de más datos, pero me cuesta desconectar y evadirme . Es una dimensión aplastante, pelear contra ti mismo sin saber si vas a poder ganarte la pelea, si dentro de mi cerebro está la llave que abre la solución al bienestar espiritual o se perdió hace años. Y solamente puedo seguir adelante.

Me siento confuso últimamente, estoy pasando por lo que llaman brain fog ( mente nublada ), síntoma característico de la abstinencia, se siente como si justo acabara de despertar de un sueño y aún la mente no se ha puesto en marcha, está lenta y atina a trompicones. Ahora, escribiendo estas lineas tengo que parar en momentos para pensar que quiero narrar cuando si no estuviese luchando contra esta niebla las palabras fluirían sin parones. Lo importante es que aún con estas estoy luchando contra mi, luchando por mi y para mi.

Otra experiencia que estoy viviendo estos días es el miedo. No es un miedo racional a algo si no uno automátizado preparado para dispararse contra cualquier estímulo demasiado intenso en este momento: Un ruido fuerte, un movimiento brusco de algo, mi sensación de fatiga y estado de ánimo oscuro...

Ahora voy a esperar unas cuantas semanas para la próxima pequeña reducción de dosis, necesito relajar mi sistema nervioso y comprobar que después de una caída de miligramos el cuerpo encuentra la homeostasis y entonces se puede volver a ir más a bajo. No puedo creer que esté haciendo esto, a cincuentaiséis mg desde cientocincuenta y estoy trabajando, comiendo,quedando con amigos, escribiendo, dibujando. Viviendo una vida. En momentos se atisba el horizonte, en algunos momentos.

martes, 8 de enero de 2019

Sumando días, restando molestias

El proceso de reducir una droga psiquiatrica no es algo vanal ( como se hace creer muchas veces a los pacientes ). A parte de ser una decisión personal es un gran ejercicio de persistencia y paciencia ya que se van a necesitar muchos meses o años en lograr el objetivo ,que no es otro que vivir lo mejor posible sin la anulación y las toturas sintomáticas que causan los psicofármacos. Se trata de evaluar los pros y contras y en mi caso los contras de mi mediación son inaceptables para mi forma de ser, los pros han sido pocos si es que he tenido alguno, supongo que en momentos muy difíciles me beneficié de la anestesia psíquica, de la anulación de emociones fuertes como la angustia, la ansiedad, la tristeza, la desesperación...ahora entiendo que hubiese sido de más provecho lidiar con esas emociones por terribles que fuesen de sentir.

Llevo nueve meses reduciendo mi venlafaxina, los primeros meses fuí rápido, en dosis altas cada corte hacia abajo resulta fácil o incluso agradable porque se siente un alivio de los efectos secundarios. Lo difícil es en la dosis en la que me encuentro ahora, unos 58 mg ( el máximo que tomé fueron 150mg ), puede que una parte sea el efecto nocebo, lo que si es muy real es que reducir unas viente bolitas de una cápsula de 37,5mg (en la que hay 150 bolitas) , causa unas dos o tres semanas de mal estar importante: Insomnio, sensibilidad auditiva , depresión, desesperanza, miedo, sobresaltos, pérdida de apetito... No es que yo sea especial y me afecte retirar una pequeña cantidad, esto le ocurre a muchas personas ahora mismo. Por esto opto por reducir muy lentamente , no quiero desestabilizar mi sistema nervioso aún más

Es lamentable el hecho que recordaré toda mi vida en que le comenté a mi psiquiatra actual: Quiero reducir mi medicina para llegar a 0 mg, entonces me enseña su pantalla de ordenador y busca una página web para psiquiatras, se veía antigua y con aire desactualizado. Allí busca como reducir y me muestra una página en que recomiendan ir de mi dosis de aquel entences a 0mg en un mes aproximadamente. Le dije que no haría ese método , es demasiado rápido y estoy seguro que a la gran mayoría de persones les sentaría tan diabólicamente mal que volverían corriendo a tomar su pastilla. Ese es el plan. Reducir rápido para que sientas lo que es el horror de la asbtinencia, entonces ellos te harán creer que ese horror es tu enfermedad mental, lo creerás y volverás a tu dosis para siempre. BINGO para las grandes farmacéuticas como Lilly y demás, BINGO para aquellos psiquiatras que se benefician de los regalos y bienes que le dan por prescribir sus drogas.

Será porque lo estoy viviendo en primera persona , el caso es que me parece uno de los mayores crimenes contra la humanidad que han ocurrido. Jugar con el dolor de las personas, un dolor que quienes no lo han experimentado no pueden hacerse una mínima idea porque resulta ser algo difícilmente de expresar en palabras, la verdad es que las palabras no son nada para explicar la angustia colosal inducida por alejarse de esto. He leído en varios sitios que dejar la heroína es mucho más fácil, y aunque no haya probado la heroína, me lo creo.

Puede que suene fatalista lo escrito pero sé que no es nada alejado de la realidad, y yo quiero contarla y combatirla. Luchar día a día y vencer a mis demonios internos y al gran demonio externo que día tras día voy debilitando un poco más...


viernes, 4 de enero de 2019

Introducción: Un destello en el universo

Hola a todos y a todas.

Mi idea de empezar a escribir en este blog es la tener una herramienta para redactar mis experiencias con el proceso de salir de la droga llamada venlafaxina, un antidepresivo recetado comunmente para tratar la depresión severa aunque también se receta para otras dolencias como por ejemplo : síndrome premenstrual, migrañas, dolor...

Resumiendo mi história de uso de drogas psiquiatricas

Siempre he sido un chico introvertido, reflexivo y sensible, la realidad de ser observado y juzgado por otros me ha afectado a lo largo de mi vida y aún me ocurre, seguramente por una falta de autoestima arraigada en la infancia y preadolescencia.

A la edad de diecisiete años yo tenía una pareja con bipolaridad y trastorno límite de personalidad, disfruté mucho con ella pero también sufrí demasiado a causa de su forma de actuar y sobre todo la forma de tratarme. En ese momento yo fumaba marihuana a diario y a veces consumía drogas aunque no en exceso, quería experimentar y me sentía atraído por nuevas experiencias ( experiencias que fueron intensas y alteraron mi sistema nervioso para mal muchas veces, sobre todo los estimulantes como el speed ). La relación llegó a un punto insostenible en que yo decidí acabar, y la dejé. Hasta ahí todo bien, el caso es que pocos días después esa chica intentó volver conmigo y acepté con la esperanza de que haría un esfuerzo para tratarme mejor. Resulto ser mentira y una excusa para dejarme ella esta vez, ahora pienso que hizo eso por que le resultaba mas fácil cortar ella conmigo que el saber que la había dejado.

Pasaron unos días y empezé a sentirme mal, esa relación ya me había causado mucho sufrimiento emocional durante meses y el uso repetitivo de la marihuana acentuaba mi forma de sentir, mis pensamientos negativos...una semana después de sentirme desgraciado por haber confiado en la pareja más importante de mi vida, decidí salir de fiesta con amigos para pasarlo bien y olvidarme, esa noche consumí speed y marihuana y fue la peor noche de mi vida. No fue divertido para mi ni para mis amigos los cuales ya aborrecían el tipo de fiesta ¨rave¨ y el consumir drogas, al volver a casa se desató el infierno en mi mente. No paraba de pensar en mi ex pareja, no podía controlar mis pensamientos que aparecían sin parar y de forma repetitiva, llamé a mi pareja por la mañana y me trató de forma déspota y con verdadera maldad, eso aumentó mi angustia y desenfreno.

Este es el punto donde empezó todo.

Pasaron días y seguía sin parar de pensar en ella, en lo ocurrido, en mi vida sin ella...no pensaba de forma lógica, simplemente era acribillado por pensamientos cada segundo sin descanso, incluso por las noches no paraban. Acabé yendo al médico de cabezera para contar lo que estaba pasando y en pocos minutos me recetó mi primer antidepresivo: Citalopram. Empezé a tomarlo y recuerdo que nada mejoró , al contrario mi angustia aumentó y mi descontrol mental también, dejé de fumar marihuana en seco ya que no tenía sentido consumir en ese estado.

Pasó un mes aproximadamente y nada mejoraba así que me concertaron una cita con un psiquiatra en un hospital cerca de casa, allí el infierno se volvería mucho más ardiente y oscuro, inimaginablemente doloroso. Conocí al Dr. y yo sentí que ahora sería ayudado, estaba frente a un médico, un profesional de la salud mental y él podría calmar mi mente inquieta y desatada, recibí la noticia por su parte de que padecía un cuadro psicótico depresivo. Psicótico ? Yo era conciente de todo lo que me sucedía, no tenía ningún tipo de delirio ni alucinación, solamente mi angustia y ansiedad eran muy altas, mi mente no paraba de repetir pensamientos, aún así acepté su diagnóstico y mis padres también.

Mis recuerdos de esa época son borrosos, tenía dieciocho años y ahora ventiseis, solamente diré que durante unos cinco o sesis meses probé varios antipsicóticos y antidepresivos para intentar frenar mis síntomas. Nada fué útil y todo empeoró mi estado, esas drogas me sacudían el cuerpo y la mente de forma brutal con una variedad de síntomas enormes. Mientras era objeto de experimentación ( el médico no sabía como afectaría nada de lo que me suministraba, nada de las consecuencias, nada de si ayudaría ), yo me esforzé por mejorar mi vida haciendo activismo por los derechos de los animales, conociendo personas involucradas en ello, cambiando mi dieta...  de algún modo la sedación extrema de los neurolépticos hicieron que ya no pensara en nada, tampoco sentía nada, era mas bien un zombie, un vegetal.

En un momento decidí que su tratamiento y diagnóstico no eran correctos, me atreví a poner en duda su criterio profesional y su experiencia en el mundo de la enfermedad mental, no recuerdo si avisé de que lo dejaba pero fuí en busca de otra ayuda, ya había tenido suficiente. Conocí a otro médico, un hombre anciano con mucha experiencia y una eminencia en la medicina, lo conocía por que trató a familiares y a mi de pequeño, así que me visité con él. En la primera visita me dijo claramente que sufría de depresión y que no tenía nada de psicótico, mis síntomas eran claramente depresivos. Fue un gran alivio quitarme la etiqueta de psicótico y dejarlo solo en depresivo. Me recetó citalopram asegurado que era el mejor fármaco, me contó la falsa teoría del desequilibrio químico y como esta bala mágica arreglaba lo que mi cerebro roto hacía. Empezé a tomar esta droga y pasaron meses, pasó un año y fuí yendo a mejor aunque varios síntomas me mantenían amargado en la vida, síntomas como la incapacidad para disfrutar del sexo o tener un orgasmo, la capacidad de sentir emociones, la concentración...Nunca podría estar saludable sintiendo esos efectos, ahora mismo tampoco, jamás.

Llegó un día en que decidí dejar la medicación y me puse a ello lentamente aunque no recuerdo que tan lentamente, tampoco iba a ningún psiquiatra ni quería verlos otra vez. Conseguí estar fuera durante un tiempo y como es de esperar la abstinencia golpeó fuerte aun que yo no sabía que era eso lo que ocurría. Sentía mal estar, insomnio, irritabilidad, agitación...así que me planteé volver a usar marihuana para calmarme ( grave error ), en una situación extrema opté por un ¨remedio¨ arriesgado y funcionó durante unos meses. O yo creía que funcionaba ya que no era del todo conciente del daño que me hacía. La mezcla de retiro del antidepresivo sumado al consumo elevado de marihuana , mas circunstáncias negativas en mi vida como estudiar un curso que realmente no me motivaba, tener una pareja tóxica, no tener ingresos económicos y demás me condujeron a otra depresión de la que creí que nunca saldría.

En esos momentos de terror, de incapacidad para razonar, de actuar, de moverme , de hacer nada , volví a reunirme con un psiquiatra y dejé de fumar . En unos minutos me dió una receta y me dijo que sufría de depresión. Volví a empezar desde abajo y la experiencia fué penosa, esta vez el fármaco fué Venlafaxina junto con Mirtazapina , un combo al que se le da a personas con depresión severa grave y que promete muy buenos resultados, estos son debidos a que dejas de ser tu mismo, tu esencia se desvanece y pasas a convertirte en alguien controlado totalmente por los efectos psicoactivos de estos fármacos, ya no existe tu depresión. Pude aguantar meses y meses en un estado semi real, aunque los efectos secundarios como sedación, falta de deseo sexual, carencia de emociones, sueño, agitación, nerviosismo y una lista larga, me hacían sentir que esto tendría que acabarse en algún momento, no podía ser una opción a largo plazo vivir de este modo. Empezé a reducir mi dosis de Venlafaxina, la Mirtazapina la dejé cuando todo fue mas estable, otra vez un retiro me confundió y me creó la necesidad de buscar algo para controlarme, opté por la marihuana.

Estuve unos años con Venlafaxina y aunque no podía estar bien, pude estudiar y sacar algún curso, mi frustración por la mala práxis y mi mala aceptación de todo ello seguía vigente dia tras dia.

Hace un años aproximadamente decidí junto con la gran ayuda de mi psiquiatra de ese momento, bajar la dosis, lo conseguí llegando a 75mg desde 150mg, una vez allí probé de tomar una dosis un día sí y un dia no y el dia que no tomaba la dosis me sentía mejor, mas despejado y de mejor humor, así que probé dos días sin, luego tres dias sin. La doctora simplemente me dijo que si yo me sentía bien así, que siguiera. Tremendo error y carencia total de conocimientos y profesionalidad por su parte que yo pagué muy caro. La venlafaxina es una droga que tiene una vida en sangre muy corta ( unas siete horas ), de modo que dejar al cuerpo durante horas sin la sustancia de la que depende totalmente es muy peligroso y lo supe bien al poco de llevar a cabo mi plan.

Estaba acabando un cuso de dos años, trabajando, tomando de este modo mi antidepresivo y fumando marihuana, mucha. Viví en Diciembre del año pasado un evento traumático en mi trabajo que me afectó dos meses después y junto con todos esos factores terminé en una crisis nerviosa brutal. No podía actuar, no podía pensar, no dormía ni comía, lloraba continuamente y tenía ataques de pánico constantes, así que tuve que dejar de estudiar, coger la baja en mi trabajo y volver a subir mi dosis a 150mg, eso fué realmente doloroso para mi cuerpo, mente y alma, lo podría definir con que era un ser humano vivo pero sin vida, cuya función se limita a experimentar sufrimiento extremo y con ello una conciencia de fracaso e inutilidad. Pasaron unos meses y pude volver a trabajar con dificiltad, al menos tenía una ocupación, un objetivo a parte de sobrevivir y quizá en un futuro sanar. Poco a poco he estado reduciendo mi dosis desde la marca de 150mg a 58mg que es donde ahora me encuentro, todo sin ningún tipo de ayuda por parte de mi psiquiatra actual ( es otro diferente al que me sugirió la gran idea de hacer lo que me diera la gana sin advertencia alguna del peligro ), cuando le comenté que iba a reitarme me sugirió una pauta rápida de discontinuación, si hubiese hecho caso las cosas estarían muy mal ahora dado que una medicación así no puede retirarse de otro modo que no sea muy despacio, no es algo que diga yo , miles de personas informan de esto a diario a través de las redes.

Aprendí a reducir gracias a muchas horas leyendo en internet experiencias similares a la mia, gracias a un maravilloso foro ( survivingantidepressants.org ) y gracias a mi determinación de conseguir vivir libre de drogas psiquatricas, mi familia y amigos siempre han estado aquí aun sin llegar a saber por lo que estaba pasando, quizá una vaga idea muy alejada de la realidad. No está siendo fácil, escribir esta historia con la intención de resumirla me ha costado un poco, mi concentración últimamente no es la mejor y en otro momento podría hacerlo mucho mejor, el caso es que hoy me he decidido a abrir mi blog para dejar constancia de mi historia, una de millones afectadas por la falta de humanidad del sistema de salud mental actual.

La idea con la que vivo ahora es la de dejar de ser una víctima y empoderarme a través de mis experiencias pasadas y el conocimiento adquirido. No estoy en contra del uso de psicofármacos en según que casos, estoy totalmente en desacuerdo en el método empleado el cual beneficia el trabajo de psiquiatras y a las industrias farmaceuticas, muy poco al usuario con sufrimiento psíquico.

20 de Diciembre

 Hace mucho que no escribo en el blog, no he tenido la motivación ni el ánimo para ello.  Durante este año apenas he podido reducir mi dosis...